Las organizaciones ágiles frente a la Industria 4.0

VUCA es un acrónimo surgido del ámbito militar estadounidense para describir la Volatilidad, incertidumbre (Uncertainty), Complejidad y Ambigüedad del mundo luego de las transformaciones ocurridas tras la Guerra Fría. A partir de los años 90’, comenzó a utilizarse por fuera de su ámbito de origen. Hoy, se aplica en empresas y en todo tipo de organizaciones.

Al comienzo de la tercera década del siglo XXI, advertimos la Volatilidad de la realidad a través de la velocidad de los cambios que experimentamos. La Incertidumbre, por su parte, tiene que ver con la falta de predictibilidad que acompaña a los cambios tecnológicos, geopolíticos, sociales y demográficos, entre otros. La Complejidad se da por la interconexión de los ámbitos de la incertidumbre, los cuales dificultan dilucidar el encadenamiento de causas y efectos. Lo dicho resulta, finalmente, en la Ambigüedad a la hora de interpretar todo este proceso: además de falta de claridad, percibimos una multiplicidad de significados e interpretaciones sobre la realidad que habitamos.

Siguiendo a Valderrama (2019), podemos mencionar seis características de estos cambios de paisaje que están afectando la vida personal, social y laboral de las personas:

Mayor longevidad: el aumento de la esperanza de vida cambia las oportunidades laborales y el acceso a nuevos aprendizajes.

Inteligencia mecánica y artificial: la automatización está desplazando el trabajo humano y genera tareas y producción en masa.

Crecimiento de la digitalización: el mundo se hace más programable gracias al aumento de los sensores y a la capacidad de procesamiento.

Ecología de los nuevos medios: las nuevas herramientas de comunicación requieren de una nueva alfabetización virtual y audiovisual.

Reorganización de las instituciones: la tecnología está favoreciendo nuevas formas de cultura institucional con sus propios valores.

Interconexión global del mundo: el aumento de la conectividad mundial pone en el centro de las organizaciones la diversidad y la interculturalidad.

A raíz de estos sucesos, el fundador del Foro Económico Mundial de Davos, Klaus Schwab, anunció en 2016 el advenimiento de la cuarta revolución industrial, también llamada Industria 4.0, la cual se diferencia de las anteriores revoluciones por la fusión de las nuevas tecnologías con el mundo físico, digital y biológico. Este fenómeno tiene como resultado a la inteligencia artificial, capaz de tomar decisiones descentralizadas del sujeto humano. Ejemplos de IA podemos verlos en los avances de la robótica, en los vehículos autónomos, en drones, en neurotecnología, etc. Según Schwab, estos avances mejorarán la calidad de vida de la población mundial por medio de una mayor productividad a menores costos. Sin embargo, existe una contracara: el descarte de millones de puestos de trabajo. Es aquí donde reside uno de los mayores desafíos de quiénes tienen en sus manos la acumulación de poder: combinar la empleabilidad de la inteligencia humana con la inteligencia artificial, alcanzando una transición razonable a este momento actual.

En este contexto, aparece el emergente de las organizaciones ágiles, las cuales buscan entregarle más valor al cliente de forma rápida y eficiente. Para lograrlo, es necesario priorizar a las personas por sobre los procedimientos y herramientas, colaborar y comprometerse con el cliente, generando confianza y formando recursos humanos competentes, motivados, reflexivos y que se autoevalúen para la mejora continua. Aunque la VUCA no se anula, las organizaciones ágiles la mantienen como su contexto de referencia para alcanzar las transformaciones pertinentes al entorno.

Jemersoft

(Referencia: B. Valderrama, “Transformación digital y organizaciones ágiles”, Revista Científica Internacional - Vol. VI, Número 1, 2019 - ISSN 2311-7559)